domingo, 25 de abril de 2010

4 hijos




Desde hace escasos cinco días, he sido padre por cuarta vez. La gente se pregunta como es posible, pero yo pienso para mi que casi todo es posible. Ser padre es fácil, porque la fuerza que te dan tus hijos, es una fuente de energía inagotable, a pesar de ser agotadores. Sin embargo, mi contribución es muy humilde, al lado de la de Susana, mi verdadera fuente de inspiración, y el eje de la familia. Yo siempre lo pienso, pero casi nunca se lo digo, porque me gusta poco abusar de los halagos, quizás demasiado poco. Diana, Luis, Mario y ahora Inés, son todos diferentes, y uno siempre se sorprende de la capacidad de quererles a todos por igual. ¿Tendré tanto amor como se merecen todos? Pues sí, creo que como la capacidad de superarse, la capacidad de amar es incalculable, infinita, sorprendente. Mi familia es divertida, muy divertida diría yo, porque cuatro corazoncitos diferentes entre los cero y los seis años aún no cumplidos, son definitivamente divertidos. Por eso y por mucho más, nunca podré estar suficientemente agradecido a Susana; por tanto regalo, por cada sonrisa que capturo en mi mirada, como si quisiera retenerlas para siempre, para archivarlas en mis recuerdos, por si algún día necesito verlos. Pero no se se lo digáis a ella, que a mi me gusta parecer frío, y a ella le cuesta creérselo. Bienvenida a este breve mundo, Inés.